El Project Blue Book (Proyecto Libro Azul) de las Fuerzas Aéreas norteamericanas -inicialmente dirigido por el capitán Edward J. Ruppelt-,
y que funcionó entre 1952 y 1969, tuvo como misión examinar los
avistamientos OVNI con el fin de averiguar si suponían una amenaza para
la seguridad nacional de los EE.UU. (le precedieron los proyectos Sign y Grudge).
Es de sobra sabido que a principios de los años 50 el Fenómeno OVNI
irrumpió en nuestra sociedad occidental de forma súbita. La oleada de
1952 acaparó la atención de la prensa nacional, y el interés -y, a su
vez, el miedo colectivo- hacia la posibilidad de que naves de otros
mundos estuviesen sobrevolando la Tierra fue in crescendo gracias
también al cine de ciencia-ficción, que influyó notablemente en la
implantación del mito extraterrestre en nuestra cultura moderna. Lo
cierto es que los ciudadanos estadounidenses reclamaban a sus
gobernantes explicaciones inmediatas. Comenzó el rumor de que se estaba
ocultando información. El general John A. Samford, jefe de los
servicios secretos de la USAF, estaba realmente preocupado con esta
incómoda situación de inseguridad y desconfianza, y trató de salir al
paso en una rueda de prensa afirmando: "No sabemos las causas de los
fenómenos señalados, pero creemos que no son una amenaza para nuestro
país. No podemos excluir la posibilidad de que se trate de visitantes
procedentes de otros planetas o de un país extranjero, pero pensamos más
bien que se trata de fenómenos físicos que, en el estado actual de
conocimientos científicos, no nos hallamos en condiciones de explicar".
De poco valió aquella respuesta. Los enigmáticos avistamientos OVNI
siguieron sucediéndose -y no solo en EE.UU., sino en todo el mundo-, el
secretismo oficial continuó de forma imparable y el intento de
desacreditar el tema OVNI fue una de las muchas artimañas de la CIA y el
FBI para alejar el interés social. Los documentos secretos que salieron
a la luz gracias a la Freedom Of Information Act (Acta de
Libertad de Información) demostraron sin la menor duda que había un
serio interés oficial por estudiar la cuestión y por ocultar su posible
realidad extraterrestre. Se supo así que una comisión de expertos,
presidida por el físico H. P. Robertson, se reunió en enero de
1953 en el Pentágono para dilucidar cuestiones sumamente delicadas en
torno a los entonces llamados "platillos volantes". Asistieron el
general William M. Garland, director del Centro de Información
Aerotécnica de la USAF (ATIC), tres miembros de la CIA y varios
militares más. ¿El objetivo?: en primer lugar, evitar a toda costa que
el énfasis que se estaba dando al fenómeno constituyese una amenaza para
el funcionamiento ordenado de los órganos encargados de la tutela del
Estado y, en segundo lugar, mantener bajo control a los organismos
privados de investigación OVNI. A este respecto, la comisión adujo: "De estos grupos hay que tener en cuenta su aparente irresponsabilidad y su posible utilización con fines subversivos".
En el fondo, pretendían idear un programa para disminuir
considerablemente el interés público por los "platillos volantes",
negando la credibilidad de los testimonios, ya que todo ello estaba
provocando una fuerte reacción psicológica. "La instrucción en
cuestión debería concretarse a través de medios de comunicación de masas
como la televisión, el cine y la prensa (...) Dicho programa tendría
por objeto reducir la actual credulidad del público y, por consiguiente,
su propensión a dejarse influir por una hábil propaganda hostil", rezaba el informe final.
Pero lejos de conseguir su propósito, todo este caldo de cultivo
alimentó las ideas más conspirativas respecto al encubrimiento
orquestado a nivel gubernamental. Fue en medio de ese ambiente cuando
surge el Blue Book. Uno de sus máximos expertos financiados para evaluar los incidentes OVNI fue el astrónomo J. Allen Hynek.
Su misión consistía en buscar una explicación científica a todos los
informes recogidos por la USAF y convencer a la población de que no
tenían nada que ver con hipotéticos visitantes extraterrestres. Sin
embargo, al final se convenció de que esa era la hipótesis más plausible
y tras el cierre del Blue Book, Hynek siguió investigando el
asunto por su cuenta, convirtiéndose en un reputado ufólogo y fundando
el CUFOS (Centro de Estudios OVNIs), integrado por científicos que
colaboraron con él.
El Blue Book recogió en total 12.618 informes de avistamientos
OVNI, de los cuales 701 carecían de explicación convencional. Esas casi
130.000 páginas que componen dichos documentos acaban de ponerse en
circulación, tras su debida compilación y clasificación por años,
gracias a la web "The Black Vault", creada por John Grenewald Jr. Se
trata de una enorme base de datos que podemos descargarnos
gratuitamente. No es, pues, como han asegurado los medios de
comunicación, una reciente iniciativa del gobierno de EE.UU ni una
página web oficial. Son documentos que ya estaban desclasificados con
anterioridad gracias al Acta de Libertad de Información. De hecho,
el libro Proyecto Libro Azul, del ufólogo Brad Steiger
(Edaf, 1977), ya recogió bastante información y casos al respecto. ¿Qué
es entonces "The Black Vault"?: es una comunidad virtual compuesta por
personas de todo el mundo, cuya web pone a disposición de los
interesados numerosos documentos desclasificados por el gobierno de
EE.UU. "Es una red social en pleno funcionamiento, con cientos de
miles de documentos (...) La idea es crear el mayor centro de
investigación paranormal y de conspiraciones gubernamentales del mundo",
asegura su creador. Queda, por tanto, aclarada la confusión, llevada
por las prisas, por no contrastar correctamente la información ni
consultar debidamente las fuentes.
EL MAYOR HÉCTOR QUINTANILLA JUNTO A OTROS MIEMBROS DEL "PROYECTO LIBRO AZUL"
INFORME CONFIDENCIAL DEL "PROYECTO LIBRO AZUL"
(Por Moisés)
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